Esta mañana me ha pasado algo que me conmovió
Hoy me he levantado a las cinco. Es sábado, la casa dormía y no había ninguna urgencia… salvo esa necesidad —que muchos de vosotros entenderéis— de corregir unas páginas en silencio, mientras todo el mundo sueña.
A las ocho en punto, se abrió la puerta de mi despacho.
Apareció mi hija de siete años, en pijama, con su peluche bajo el brazo. Le pregunté si quería jugar con papá. Me miró muy seria y dijo:
—No. Quiero escribir.
Hace dos días comenzó un cuento. Por iniciativa propia. Quiere leerlo a sus compañeros del cole. Me pidió ayuda solo para empezar. Le dije: “Escribe los nombres de los personajes en un folio… y déjate llevar”.
Y así lo hizo.
Su historia trata sobre un pirata malvado y unas medusas asesinas que se vengan de todos los que contaminan el mar. Habla de cuidar el mar, de respetar el mundo en el que vivimos. Y ahí está ella ahora, sentada ante su escritorio, con un lápiz y un folio en blanco, escribiendo. Concentrada. Feliz.
No sé si acabará dedicándose a esto. Pero ver esa chispa —esa urgencia de contar algo— me ha emocionado más de lo que puedo explicar. Como padre. Y también como escritor.
A veces, el amor por las historias nace así: sin hacer ruido, una mañana cualquiera.
Gracias por acompañarme también en las mías.
Un fuerte abrazo,
Luis David.
Mi última novela ya está disponible. Obtenla aquí.